Había una vez hace mucho tiempo grandes empresas textiles y de la confección y esta historia esta basada en una fábrica de camisas, que es de donde yo vivía “el ratón”. Como cualquier otro humilde y proletario, en la fábrica de camisas. Me crie en medio de telas, hilos , botones, yo me divertía en máquinas de coser; después que la gente se iba, las máquinas estaban calientitas y encontraba que comer, galletas, pan con queso o cecinas, dulces muchas veces probé la torta con crema y chocolate.
Algo estaba pasando no entendía mucho, pero llegué una noche y toda una corrida de máquinas estaban heladas, recorrí y busque comida no había. Me trasladé a otra sección y esas máquinas estaban calientes y había pan y queso. “Me preocupé”.
Fui a conversar con otros ratones de la fábrica y todos discutían, todos hablaban a la misma vez no podía entender que se hablaba, escuche un grito; era mi abuelo y decía muy fuerte se pueden callar, tenemos que analizar la situación, pero si ustedes hablan todos juntos no nos entenderemos.
Todos se callaron para escuchar al abuelo: Tenemos problemas serios, e visto desde mi rincón a muchas mujeres llorando y las alcancé percibir, lo ellas decían, es que la fábrica está en quiebra, no sé que significa esto. Pero e visto que cada vez hay menos gente y la fábrica está helada Me preguntarán ¿Qué significa esto? Esto significa que cada noche tenemos menos comida para nosotros y nuestras familias, pero también significa que esas trabajadoras tampoco podrán llevar comida a su hogar.
Un ratón levantó la mano y dice es por eso están trasladando máquinas y piezas de tela desde la bodega a un lugar desconocido han quedado descubiertas nuestras cuevas y también estamos perdiendo nuestros hogares. Yo señaló otro ví a esa mujer la que llaman Berta, la que deja en el cajón de su máquina chocolates y galletas muy triste no come, el otro día me vio y me sonrió, no tuvo miedo, y dijo también te quedaras cesante. No entendí ¿Qué es cesante? Pregunto.
El abuelo respondía, es quedar sin trabajo. No tener dinero para comprar alimentos, vestidos y no tomar locomoción, escuché al abuelo de mi abuelo decir que cesante es lo peor que puede pasar a un trabajador, significa quedar en la pobreza y en muchas oportunidades por falta de trabajo, no puedes pagar la luz y el agua. Sus hijos no tienen que comer y deben salir a trabajar para ayudar su familia.
El abuelo dice algo hay que hacer para saber lo que va a pasar de aquí en adelante, nos organizaremos, tu te mantendrás en la máquina de Berta, tú en la de Ana y así fue distribuyendo a cada uno de nosotros y otros en los rollos de tela o dentro de los conos de hilo , nos pusimos todos de acuerdo que después de una semana nos encontraríamos. Como fuera, teníamos que llegar a la asamblea el día y hora señalada, cada uno de nosotros debía relatar nuestra experiencia.
Después de una semana nos reunimos en la fabrica de camisas, a esa altura estaba tan helada, ya no funcionaba ninguna sección, no había nada para comer. Cada uno de nosotros comenzó a relatar lo que habíamos vivido en el tiempo señalado.
A Berta. Le dieron como parte de pago por los años que trabajó en la empresa, la máquina de coser, uno a uno fue relatando lo mismo, y me enteré de que les pagaron por cuotas pequeñas, la acumulación por años de servicio que les adeudaban.
Nos enteramos de que el mecánico de la empresa las fue a visitar a cada una de las compañeras para ofrecer, trabajo. Les contó que el patrón estaba muy preocupado por haber tenido que despedirlas y, tener que pagar en las cuotas pequeñas su indemnización por años de servicios.
Pero él las estimaba, quería que ellas siguieran trabajando en su hogar para él diciendo que eran las mejores costureras que él había conocido, les ofreció Trabajo en Domicilio, les contó que el traería el trabajo. Pero ellas se debían comprometer en tener el trabajo listo cuando lo pidiera. Que este tipo de trabajo no contaba con Seguridad Social ni Contrato de Trabajo. No porque el patrón no quisiera si no que este tipo de trabajo no estaba en el Código del Trabajo. Cuando ellas preguntaron si el salario era el mismo que tenían en la fabrica de camisas, el respondió. NO por ser los salarios demasiado altos la empresa quebró y la tuvieron que cerrar por no tener como sostenerla. Y el sindicato pedía muchos beneficios sociales que ellos no podían solventar…
Que para ganar mas podían pedir ayuda a sus hijos a las abuelas y sus vecinas. Pero que el trabajo debía ser entregado cuando él lo pidiera.
El abuelo reflexiona, les dice que este trabajo es invisible que nadie lo ve, que es la máxima explotación de las personas, que dejan de tener vida propia y sus espacios son invadidos con trabajo. Pero que existe una solución es la Organización, Sindical. Que hay que trabajar para eso. Nosotros ya tenemos casas donde vivir en cada hogar de ellas. Señala esta historia hay que contarla, para que estas mujeres, estos hombres tengan derechos que les fueron arrebatados.
Patricia Coñomán Carrillo